Cuando era niña, la elección más importante y difícil era, al terminar mis tareas, cual abuela visitaría esa tarde. Aunque en ocasiones no lo dudaba, había algo que hacía que la decisión fuese inmediata. Lo cierto es que una vez claro el destino, el camino era casi de automático.
Cada una de ellas tenía personalidad diferenente, gustos diferentes, pero algo en común, nos amábamos tanto, que el tiempo compartido pasaba volando.
En cada uno de los encuentros aprendíamos algo nuevo, yo le contaba lo que había visto en el colegio, o que libro estaba leyendo; abuela Elvira siempre me ponía al tanto de algún programa de televisión(su televisor era uno de los pocos que había en el pueblo en esa época), de algo que había sucedido en el pueblo ( estaba al tanto de todo, teníamos un negocio por donde pasaba toda la mundo), recogíamos flores de su jardín, limpiábamos las jaulas de los canarios, íbamos a la cancha de futbol a ver jugar a mi papá. Me encantaba comer sus guisos, platos que no existían en mi casa por ser, según mi mamá, demaciado pesado para el estómago.
Con "La Cocó" conversábamos muchísimo, me contaba historias de su niñez mientras me enseñaba a tejer, a bordar o a ordeñar, (por más entretenida que estuviese la historia no perdía de vista mi trabajo). También me fascinaba ir a su granjita donde los olores de las hierbas medicinales me hacían inspirar profunnnndamente y no sé qué secretos tenían que la felicidad agolpaba mi corazón cada vez que lo percibía (aun ahora se repite); de ahí pasábamos a visitar las vacas proveedoras de la leche de nuestros desayunos, en luna llena recitábamos un versito en agradecimiento a la tierra, mirando el cielo colmado de estrellas (No hay luna llena que no recuerde aquel ritual).
Era una elección difícil la que se me presentaban todas las tarde!!!... o no??.
Esa" dificultad" la disfrute por años, luego vino la elección de la carrera, la fecha de la boda, el nombre de los hijos, el quedarse o partir lejos, muy lejos...
Y entre una elección y otra miles de pequeñas decisiones vamos creando y recreando nuestras vidas. Esa vida que es como el camino hacia la casa de la Abu, dinámica, rítmica, emocionante, en constante relación con los sueños, con los propósitos, con las relaciones que elegimos minuto a minuto.
Cada paso una elección, consiente o inconsciente; responsable o no,... una elección. Un maravilloso y desafiante compromiso que el libre albedrio entrega a cada ser humano individual, sin excepción, con total libertad.
Libertad que nos hace responsables de ellas y de sus consecuencias, pues todo lo que se elige ejerce un efecto en nosotros y en los demás.
- Ya me había casado, vivíamos en Mendoza, y nos trasladaron a Rio Negro. Elegimos aceptar porque era una buena posibilidad para la familia que estaba creciendo ( mi barriga era como un barril de 50 litros,..Perdón.. de cinco meses), pasé por la casa de Cocó a despedirme y mi corazón se partía al abrazar a la abuela; su corazón latía fuertemente, me tomo de la mano, me llevo a los sillones del patio, donde compartimos tannntas conversaciones.
Me miró con aquellos increíbles y transparentes ojos verde y me dijo: "Cada día, en todo momento tu puedes escoger que emociones o sentimientos quieres poner en tu corazón y lo que elijas lo tendrás en tí hasta decidas cambiarlo. Es tan grande la libertad que nos da la vida que hasta tenemos la opción de amargarnos o ser felices; de crecer o quedarnos estancados; de germinar, dar frutos y hacer que nuestro paso por la vida haga la diferencia. Nosotros hemos compartido tantos momentos maravillosos, tú le distes luz a mi vida, nos hemos amada tanto, tanto.
Ahora es tiempo de crecer, de conocer, de crear y de volver, como siempre, a contarnos nuestras propias experiencias. Porque cuando tú creces todos crecemos, cuanto tú eres feliz, todos lo somos. Recuerda lo que leímos alguna vez ( lo repitió lentamente): Los pensamientos de las personas guiaran al mundo hacia la paz, sin excepción, en la medida que sus elecciones sean en paz y de paz. La paz está en tu corazón, yo estoy en él, tú estás en el de todos nosotros... Y concluyó : Si las elecciones son transitoriamente dolorosas como esta separación, entreguémosela a Dios para la evolución del universo."
El tiempo ha pasado, he elegido en todo este tiempo tomar de ustedes lo mejor.
Elijo contemplar el cielo y sentirme parte de este perfecto y maravilloso universo, con los beneficios y responsabilidades.
Elijo evolucionar, aunque eso signifique equivocarme y empezar de nuevo.
"NUESTRA ELECCIÓN FUNDAMENTAL ES QUE HACER CON NUESTRA VIDA".
1 comentario:
QUE GRATO ES VOLVER A ESCUCHAR LOS CUENTOS, SON MUY ACERTIVOS
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