martes, 29 de marzo de 2011

El Aborrecimiento



Si buscamos el significado de “Aborrecimiento” nos encontraremos con múltiples definiciones, pero en forma muy concreta se refiere al Rechazo y antipatía hacia una persona o cosa. Es un sentimiento que conduce al individuo a una fuerte oposición contra su objeto de esta intensa aversión, que puede ser un pensamiento, sentimiento o acción.

El aborrecimiento pudiera tener varias tonalidades según la causa que lo produce y cuanto daño le produce al ser que siente ese sentimiento de aborrecimiento. Podemos decir que el aborrecimiento es un sentimiento producto de algo que nos molesta y que queremos transformar, y esta comprometido con nuestras emociones.

Las emociones forman parte integral de la personalidad humana y pueden motivarnos a tener pensamientos, sentimientos o acciones positivas o de bien o todo lo contrario, negativas. Las emociones negativas nos conducen en un estado de dolor, angustia, rabia e inconformidad con nosotros mismos e incluso nos puede traer dificultades con quienes nos relacionamos. Si reflexionamos y reconocemos que estos sentimientos o emociones negativas no atrasan en nuestro desenvolmiento como seres espirituales, entonces hay que transformarlos o trasmutarlos. Este cambio debe venir primero en nuestra mente productora de sensaciones y acciones. Lo primero es detenernos a pensar en aquellos sentimientos negativos o características personales que nos resultan indeseables como por ejemplo la envidia, el rencor, la ira, los celos, maledicencia, malicia, desprecio, apatía, irresponsabilidad, terquedad, impaciencia, intolerancia, entre otras, que elevan a nuestro “YO” por encima de la esencia espiritual que todos tenemos.

El cambio vendría con ejercicios mentales donde primero debemos reconocer el sentimiento negativo que se tiene y luego generar, con un cambio de actitud producto de una meditación consecuente, estados emocionales positivos como validación, compasión, tolerancia, humildad, paciencia, interés, responsabilidad, inclusión, entre otras. Es un acto de renuncia a ese sentimiento que nos aleja de una relación armónica con la Divina Madre, con los seres que están a nuestro alrededor y con la misma naturaleza. Esta renuncia nos conduce a estados de felicidad donde hay miles de posibilidades!!!

Debemos estar atentos con nuestras emociones negativas para que no manejen nuestras relaciones. Hay que revisarlos o pasarlos por el tamiz de nuestra reflexión, tomando consciencia de las transformaciones que se deben hacer para conectarse con vibraciones de energía positiva.

No es cierto que no podemos cambiar! Si es posible hacer cambios de nuestras emociones negativas con ese deseo interior de relacionarnos mejor con nosotros mismos y con nuestros semejantes. Todo lo que nos sucede lo podemos modificar y podemos entrenarnos cada día para que nuestras acciones o respuestas estén acorde con nuestra esencia Divina!
Aborrezcamos las emociones negativas, desestructurandolos o reformulándolos por aquellos positivos que contribuyan a desenvolvernos mejor en esta vida en relación.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bien desarrollado el tema Lilibeth. Saludos, Cesar Anselmi