martes, 31 de mayo de 2011

Consuelo


Sentado en el banco del parque de mi alma,
observando pasajes de la vida, 
aprecen pérdidas dolorosas, fuertes desafíos. 
Y te veo a tí, bella, supérflua;
impregnando mis células y mis neuronas,
fluyendo por el torrente de pensamientos 
y sensaciones; fluyendo por mi sangre
que oxigena mi corazón dolido.
Y las lágrimas son canalizadoras de liberación,
de aceptación y paz.... 
 Mi alma crece, serena y libre....
Pero.. veo pasar otros momentos Divina Madre...
donde ráfagas de dolor sacuden mi Ser,
 confunden mi alma...
Confusión que me lleva a transitar
 laberintos enredados de mi personalidad
Dime Dulce Madre, donde estabas ???.
- Allí !!! En el pensamiento impulsándote hacia adelante.
En la palabra de ese ser que tu encontraste. 
En el desafío que maduró tu fortaleza; 
en la fortaleza con que trasmutaste aquel pesar
para ser sostén seguro y fiel en el dolor para  tu hermano.
En la carcajada tintineante que arrancaba,
espontánea ese niño aquella tarde.
En la meditación donde paciente te esperaba.
En el silencio tranquilo de la noche, cuando llorando
en mis brazos tus lágrimas secaba.
Donde estaba tu mente en aquel momento, 
que con el alma no se conectaba? -.