martes, 9 de junio de 2009

El poder de la Oración



Orar es la comunicación directa con nuestro creador!


La oración es un diálogo entre el Ser y su Divinidad, donde el ser es la expresión de la palabra y la Divinidad nos muestra sus respuesta.

La oración nos suaviza el alma y nos libera de angustias,
Y permite en nosotros que se mantenga la Fe.

La oración nos conduce a la Participación con los seres que nos rodean,
Y genera una atmósfera de armonía de amor incondicional.

La oración nos conduce por caminos de esperanza,
Y nos permite reconocer las miles de posibilidades.

La oración es la fuente de paz, serenidad y de lo posible,
Y hace que el ser transforme sus pensamientos y sentimientos.

La oración nos llena de energía renovadora en medio de las enfermedades o dificultades, Y logra que el ser manifieste su Divinidad.

La oración es la comunicación con nuestra esencia interior,
Y a veces ni siquiera necesita ser expresada para tenga su intención.

El poder de la Oración nos devela los velos que oculta lo verdadero,
Y nos conduce por el camino del gozo profundo de
Reconocernos parte de lo Divino!




Orar es pedir con todas nuestras fuerzas,

con el alma y con el corazon.

Al mismo tiempo esperar confiados y con la fe que lo pedido se va a dar y si no es asi confiamos en que se hará la voluntad Divina.
Realmente la oración es una gran energia que emerge del ser mismo y crea una onda expansiva hacia otros seres.

Cuando oramos nos disponemos y nos abandonamos en los brazos de la Divina Madre, le entregamos nuestras inquietudes, de esta forma sentimos un gran gozo dentro de nuestro corazon.
El poder de la oración es tan fuerte que milagrosamente podemos curar dolencias fisicas y espirituales.
Debemos mantener una practica constante y permanente de la oración ya que es una comunicación directa y efectiva con la Divina Madre.



Erase una vez una Madre Devota de la Virgen de Guadalupe, ante la enfermedad terminal de su hijo, en la iglesia de su pueblo, se postra de rodilla a los pies de la Virgen y exclama con fervor una suplica por la sanación de su hijo amado, por tres días consecutivos fue a la iglesia, hacia la oración con la misma confianza y verdadera intención mientras que los médicos le anunciaban el desenlace eminente en las próximas horas o días de su hijo. Al tercer día asistió como de costumbre a la hora de la visita al hospital en donde se encontraba su hijo en la sala de cuidados intensivos y le toco las manos y sintio que su hijo le apreto la suya a los pocos días estaba completamente restablecido de salud.

Es solo a través de la participación y la solidaridad, interactuando de manera deliberada y consciente que podemos ayudar a la humanidad para lograr solucionar los males del mundo o los problemas de nosotros mismos. Alzando una oración aún por alguien que no conocemos. La oración no es mas que un conjunto de palabras, es una expresión divina, dicha de forma verbal o mental que produce efecto físico, intelectual y emocional.


En ocasiones pensamos que una gran fluidez o presión en el momento de orar logrará mayor efectividad, una mayor atención o rapidez en manifestarse lo que estamos pidiendo, o ser persistentes y reiterativos como niños chillones llamando la atención.


Jesús dijo: “Creen que se les oirá por su mucho hablar, vociferar y esforzarse.”


El poder de la oración reside en tener presente la conexión que existe entre nosotros y la Divina Energía, que ella escucha y trabaja.


El poder manifiesto está en la fe que plasmamos en esa conexión, en nuestra capacidad de entregar nuestro pedido como un obsequio con el cual la Divina Madre se encargará de manifestar no siempre lo que solicitemos sino lo conveniente para cada situación.


Orar desprendiéndonos de los resultados, orar agradeciendo al final de cada oración , confiar en el poder absoluto y la inteligencia superior que domina todo resultado más allá de lo aparente, acariciándonos el alma.


Maravillosa experiencia donde la paz del espíritu ahonda en sensaciones profundas, desnudando el alma, entregándose confiada al encuentro con lo Divino, quedando extasiado y liberado de ansiedades, temores e incertidumbres, ese es el poder de la oración.