El silencio es un hábito que debemos ir cultivando y canalizando poco a poco. No es solamente silencio exterior sino también el silencio interior.
Este proceso debe irse dando poco a poco ya que en un primer momento resulta un poco dificil y abrumador, pero en el mismo momento que aprendemos a hacer silencio también aprendemos a escuchar.
Hagamos silencio cuando no podemos dominar nuestros impulsos, sentimientos y pensamientos, hagámoslo como un ejercicio conciente y poco a poco se irá internalizando y formará parte de nuestro modo de vida.
Solo vivamos el silencio! vivamos esa renuncia a lo que llamamos vida!
Solo viviendo el silencio tocamos eso que anhelamos vivir, como el amor, la felicidad, la conciencia espiritual que esta dentro de nosotros pero que a veces no escuchamos!
Solo callando y escuchando, solo haciendo un silencio interior, logramos escuchar lo que necesitamos, esa voz divina que nos guia!
Alguna vez has permanecido en silencio por tan solo 15 minutos.
El silencio no es solo verbal lo es también mental.
Si te conviertes en un observador de ti mísmo, te darás cuenta que siempre conversamos, aún estando solos.
Esta reflexión no lleva a la siguiente conclusión, desconocemos ¿qué es el silencio? Nuestra mente nos agobia con el constante parloteo.
El tiempo ideal para el ejercicio es una hora, inicialmente hazlo 15 minutos, hasta que logres disciplinar el cuerpo y la mente, vaya incrementando el tiempo hasta alcanzar la hora.
Y llegará el momento que silencies tu mente.
Imaginemos un mundo sin ruidos, altavoz, escándalos, gritos en las calles de nuestra ciudad.
Existe una premisa antigua que dice: "Nuestro mundo exterior es el reflejo de lo llevamos interiormente por adentro"
Silencia tu mente,
Trata los pensamientos como nubes,
Y déjalos pasar.
Transforma tu mente y tu alma
En un limpio cielo azul profundo y transparente.
Que la respiración te lleve al espacio infinito
De plenitud, armonía y confianza,
Donde fortalecemos la unión con lo Divino.
En donde los ruidos externos se disuelven,
Y los recursos internos fluyen como manantial
De frescas aguas cristalinas.
En el Silencio me detengo y encuentro mi esencia Divina
Y puedo meditar sobre mis acciones diarias y sobre mis propósitos
En el Silencio me relajo y encuentro mi paz
Y puedo conocer mis fortalezas y debilidades
En el Silencio escucho mi voz interior
Y puedo saber que debo transmutar en mis acciones diarias
En el Silencio medito sobre mi vida misma
Y encuentro respuestas y soluciones en positivo
En el Silencio oigo mi respiración
Y reconozco que tengo vida y la agradezco
En el Silencio me conecto con la Divinidad
Y mantengo esa conexión en un arrobamiento